
Revista Valor Contable, Vol. 9, Núm. 1, 2022 (71-83)
ISSN 2410-1052 (impreso)/ISSN 2413-5860 (digital)
Kevin Orihuela, Jodrell Gutierrez
Introducción
En España, de acuerdo a la Agencia
Tributaria (2017), el incremento de los
tributos recaudados en materia de rentas
de trabajo y actividades económicas
(tributos aplicados a las personas físicas)
a pesar de la crisis, existe un aumento
progresivo en su recaudación anual,
debido a la cultura tributaria
significativamente alta, gracias a la
influencia del gobierno con respecto a
los tributos. Sin embargo, en el Perú de
acuerdo con la Superintendencia
Nacional de Aduanas y de
Administración Tributaria (SUNAT, 2018),
se observó que en el Régimen Único
Simplificado (NRUS) hubo una
disminución de los tributos recaudados
del 24% en los años 2016 – 2017, al 13%
del 2017 al 2018, existiendo una
disminución en la recaudación tributaria
es muy notoria.
Según el Instituto Nacional de
Estadística e Informática (INEI, 2017), la
pobreza en el Perú en el 2017 fue del
20%, con una alta tasa de desempleo del
8,1% en Lima, llegando al 8,9% en el I
trimestre del 2022, siendo menor en 5,6
puntos porcentuales respecto a similar
trimestre del año 2021 (14,5%) (INEI,
2022). Esta realidad contribuye a que
gran parte de la población peruana
recurra al comercio informal que no
respeta las normas tributarias por
diversos factores uno de ellos es la
cultura tributaria.
Los teóricos sostienen que la cultura
tributaria está relacionada con un grupo
de conductas que ejerce una población,
la cual determinará si la población
cumplirá sus obligaciones como
contribuyentes; éste fenómeno social
tiene una relación fiscal, ya que nace por
la cultura de un país donde los ingresos
fiscales recaudados de forma óptima
permiten el desarrollo de un país (Armas
& Colmenares 2009, Farro & Silva 2015).
González & Jurado (2019), estipulan
que las obligaciones tributarias
determinan que existe una relación entre
dos partes, por un lado, el obligado
tributario y por el otro, la administración
tributaria. Este vínculo entre acreedor y
deudor tributario, es regido por la ley, y
tiene por objeto el cumplimiento de la
prestación tributaria (Rueda, 2019).
Una de las políticas de la
administración tributaria es apoyar con la
formalización de emprendedores, en
este sentido en el distrito de Ate, se
formalizaron 6500 comerciantes, los
cuáles que fueron reubicados en galerías
y comercios en un centro comercial
denominado “Josfel”, luego de mantener
sus actividades económicas en la
informalidad.
Como parte del proceso de
formalización, los empresarios tuvieron
que elegir 1 de los 4 regímenes de la
renta: Régimen General dirigido a
personas naturales y jurídicas cuyos
ingresos son ilimitados, el Régimen
Mype Tributario (REMYPE) que
corresponde a aquellos negocios con
ingresos netos que no superen las 1700
UIT al año, el Régimen Especial (RER)
dirigido a negocios con ingresos netos
anuales de hasta S/ 525,000 y el Nuevo
Régimen Único Simplificado (NRUS) que
es un régimen cuyos ingresos anuales no
superan los S/ 96,000 y fue determinado
para los comerciantes pequeños, el cual
genera la obligación de realizar el pago
de una cuota mensual, establecida con