R. Contreras Unchupaico; F. Palacios Ponce de León
Revista Valor Contable, Vol. 3, Núm. 1, 2016 (103-110)
ISSN 2410-1052 (impreso)/ISSN 2413-5860 (digital)
103
las personas demostrada por las utilidades
generadas y utilización de las inversiones
(Saucedo y Oyola, 2014).
De igual forma, Pascual (2014) denió
a la rentabilidad como la capacidad de un
bien para producir benecios y la medida
que proporciona al compararse cuantita-
tivamente con la inversión que lo originó.
Según Luengo, Antón, Sánchez, y Vela
(2005), la rentabilidad es un elemento
que se aplica a toda acción económica en
la que se movilizan unos medios, materia-
les, humanos y nancieros con la nalidad
de obtener algunos resultados.
Toda empresa desea extender sus utili-
dades, para ello, crean estrategias para el
cumplimiento de las metas propuestas. Es
aquí donde el socio, tiene un papel impor-
tante; ellos invierten dinero y como con-
secuencia de esto, desearán obtener ren-
tabilidad en su mayor proporción posible.
La rentabilidad económica, traducido
en idioma original inglés “Return on in-
vestment” (ROI), representa la relación
medida en porcentaje, entre el benecio
antes de las cargas nancieras e impues-
tos sobre el benecio y el volumen me-
dio en el periodo considerado de los ac-
tivos o inversión que han sido dedicados
a obtener el anterior benecio (Pascual,
2014).
La rentabilidad nanciera proviene del
idioma inglés: “Return on Assets” (ROA).
Según Rodríguez (2013), es una medida
referida a un determinado periodo de
tiempo del rendimiento obtenido por
los capitales propios, generalmente con
independencia de la distribución del re-
sultado. La rentabilidad nanciera puede
considerarse así una medida de rentabili-
dad más apropiada para los accionistas o
propietarios que la ROI, y de ahí que sea
el indicador de rentabilidad para los di-
rectivos que buscan maximizar en interés
de los propietarios.
Liquidez corriente
Baena Tovar (2008) denió a la liqui-
dez corriente como la capacidad de una
entidad nanciera para obtener en todo
momento el efectivo necesario para ope-
rar y hacer frente a sus obligaciones de
pago en tiempo y a un costo razonable.
De igual forma, Rubio (2007), denió
la liquidez como el nivel en que una em-
presa puede cancelar sus obligaciones
corrientes a corto plazo. Permite medir la
capacidad para satisfacer obligaciones a
corto plazo conforme se venzan, es decir,
alude a la solvencia de la posición nan-
ciera global de la empresa (Gitman, 2011,
citado por Durán, 2011).
Por otro lado, Lee y Wong (2009), de-
nió a la liquidez como la sensibilidad
de los precios al nivel de los volúmenes
negociados, por lo que un mercado es lí-
quido si los activos se pueden comprar o
vender sin tener cambios signicativos en
los precios; entonces, la liquidez corrien-
te no es más que tener la capacidad de
pago para cubrir con sus obligaciones de
corto plazo, es decir, el ente tiene el nivel
para transformar las existencias y el reali-
zable en disponible para el uso inmediato
de la empresa.
La liquidez corriente, según Aguilar
(2013), relaciona los activos corrientes
frente a los pasivos de la misma naturale-
za; es decir, indica el grado de cobertura
que tienen los activos de mayor liquidez
sobre las obligaciones de menor venci-
miento o mayor exigibilidad, conocido
también como razón circulante, liquidez
corriente y tiene especícas característi-
cas: disponible, realizable y existencia. El
disponible está compuesto por las par-
tidas representativas de aquellos bienes