Revista Valor Contable, Vol. 3, Núm. 1, 2016 (33-48)
ISSN 2410-1052 (impreso)/ISSN 2413-5860 (digital)
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Abstrac
Johana Mercedes Chávez Ruiz
1
*; Gloria Abigail Puerta Asto
1
1
Escuela Profesional de Contabilidad, Facultad de Ciencias Empresariales, Universidad Peruana Unión
Formación profesional y capital intelectual como activo intangible
Vocational training and the intellectual capital like intangible assets
El trabajo de investigación tiene propósito de desarrollar un breve
tratamiento teórico sobre el capital como activo intangible. El capi-
tal intelectual es considerado activo intangible sin realización conta-
ble, no reejado en los estados contables, pero genera valor según
los indicadores nancieros que impactan en el mercado y puede
ser gestionado por la organización. Durante la segunda revolución
industrial, su naturaleza experimenta un desplazamiento conceptual
inicial en relación a la innovación. En la tercera revolución industrial,
se consideró por primera vez a la presona o trabajador como un ac-
tivo que concentra la habilidad, conocimiento, capacidad, evaluado
económicamente. El capital estructural es el conocimiento explícito,
sistemático interiorizado que subyace en las personas y equipos de
la empresa. El capital relacional es el valor de los conocimientos
que se incorporan a las personas y a la organización a partir de las
relaciones que se mantienen con el mercado y con la sociedad en
general. Los modelos teóricos explican la estrategia utilizada para
la transformación, basado en generación de conocimiento bajo una
perspectiva epistemológica y ontologica. Entre otros, el modelo Na-
vegador Skandia controla los intangibles mediante una valoración
no nanciera, cuyo interés son los atributos y propiedades invisibles
que genera ventaja competitiva. El modelo FiMIAM establece la va-
loración nanciera para estimar el valor monetario del capital inte-
lectual, incluyéndolo en el balance, a través de la asignación de va-
lores a coeciente. Se concluye que el conocimiento, característica
del capital intelectual asociado a la innovación y valor que impacta
en el mercado, sigue siendo de naturaleza no física, y por ser evalua-
do económicamente debe ser incluido en los registros contables.
Historia del artículo
Recibido: 07 de octubre 2016
Aceptado: 14 de noviembre del 2016
Palabras clave:
Palabras clave: Capital intelectual,
activo intangible, conocimiento,
capital relacional, capital estructural
The work of investigation has intention of dearrollar a brief theore-
tical treatment on the capital as intangible assets. The intellectual
capital is considered to be an intangible assets without countable
accomplishment, not reected in the accounting statements, but it
generates value according to the nancial indicators that strike on
the market and can be managed by the organization. During the
second industrial revolution, his nature experiences a conceptual ini-
Keywords:
The intellectual capital, active in-
tangible, knowledge, the relational
capital, the structural capital
INFORMACIÓN DEL ARTÍCULO
Resumen
* Autor correspondiente: Johana Mercedes Chávez Ruiz
Correo electrónico: cinthyadd10@gmail.com
J. Chávez Ruiz; G. Puerta Asto
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Introducción
Según Palomo (2003), se utilizan in-
distintamente los términos de activos in-
tangibles, capital intelectual, capital de
conocimiento o activos intelectuales, a
todo aquello que no tiene una presencia
corpórea o física. Arthur Andersen (1997),
citado por Álvarez, (2010), indica que ge-
neralmente se emplea el término capital
intelectual e intangible para referirse al
mismo concepto, sin embargo presen-
tan diferencias. El capital intelectual es el
conocimiento de la organización, sinóni-
mo de activo intangible, pero sin validez
contable, por lo que no se encuentran
reejados en los estados contables tradi-
cionales; sin embargo, en la actualidad el
mercado los percibe como aquellos ge-
neradores de valor en el futuro (García,
Simo, Mundet y Guzmán, 2004).
Es por ello, Fúnez (2010), al conside-
rar la valuación de los activos intangibles
dentro de las organizaciones, ha tomado
relevancia porque modica las cotizacio-
nes de las mismas en el mercado de va-
lores. La importancia de los activos intan-
gibles, según Kapelko (2009), ya ha sido
reconocida económicamente; sin em-
bargo, recientemente se ha empezado a
realizar investigación de campo debido a
que no existe un término uniforme para
acuñar los activos intangibles que adole-
cen de ser extremadamente difíciles de
identicar y medir.
Un estudio realizado en La Habana por
Borras y Campos (2013), consistió en mos-
trar resultados sobre la gestión del capi-
tal intelectual en un grupo de empresas
de la industria sideromecánica en Cuba,
mediante un cuestionario aplicado a 58
empresas, concluyendo que se da mayor
énfasis en el capital humano como primer
indicador a la evaluación del desempe-
ño con un 78%; el segundo indicador es
la capacitación del personal con 71%; y
tercer lugar, accidentabilidad laboral con
60%. Con respecto al capital estructural,
se obtuvo en el primer indicador calidad
del funcionamiento de los procesos con
67%; nuevos productos creados o mejo-
rados con 29%; rentabilidad por línea de
producto con 29%, respectivamente y, por
último, respecto al capital relacional se
obtuvo que dan mayor énfasis al nivel de
satisfacción de clientes en un 62%; cartera
tial displacement in relation to the innovation. In the third industrial
revolution, was considered by the rst time the presona or worker
since one activate that it concentrates the skill, knowledge, capa-
city, evaluated economically. The structural capital is the explicit,
systematic knowledge internalized that sublies in the persons and
equipments of the company. The relational capital is the value of
the knowledge that join to the persons and to the organization from
the relations that are kept with the market and with the company in
general. The theoretical models explain the strategy used for the
transformation, based on generation of knowledge under a pers-
pective epistemológica and ontological. Between others, the model
Navegador Skandia controls the intangibles by means of a not nan-
cial valuation, which interest they are the attributes and invisible pro-
perties that competitive advantage generates. The model FiMIAM
establishes the nancial valuation to estimate the monetary value of
the capital intellectual, including it in the balance sheet, across the
assignment of values to coefcient. One concludes that the conoc-
miento, characteristic of the intellectual capital, associated with the
innovation and value that strikes on the market, being of not physical
nature, now, for being evaluated economically must be included in
the countable records.
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de clientes más antiguos y proveedores
claves con un 43%. De esta manera con-
cluyeron que el valor de los intangibles
juega un papel importante en las organi-
zaciones y la creación de ventajas compe-
titivas
Otro estudio fue realizado en el sector
minero peruano por Loret de Mola (2014),
mediante el análisis de los enfoques re-
conoce la importancia de los activos in-
tangibles que inuyen en la valoración
económica de las empresas, dando como
resultado que los activos intangibles inci-
den o inuyen favorablemente en el valor
de mercado en un 90% de las empresas
del sector minero en el Perú, ya que en las
encuestas aplicadas se pudo identicar
que en promedio el 65,0% de los funcio-
narios encuestados reconocen los activos
intangibles como muy importantes, lo
que denota un reconocimiento tácito de
la importancia que tienen en el escenario
de las empresas que cotizan en la Bolsa
de Valores de Lima. Cuando se les inte-
rrogó respecto de qué estado nanciero
debería representar a los intangibles, un
50% consideraba el balance general y un
tercio de encuestados o un 33%, estimó
que sería conveniente nuevos estados -
nancieros que los reeje.
Capital intelectual
Un acercamiento a la noción de los
activos intangibles puede referirse a su
naturaleza, a la imposibilidad de otorgar
un valor contable, que sin embargo pue-
de ser evaluado económicamente y me-
diante su clasicación permite entender
su esencia.
Los activos intangibles, según Nomen,
(2005) citado por Núñez y Rodríguez,
(2015), aludiendo a su naturaleza, reere
que carecen de propiedad física, y que
para la International Accounting Standard
(IAS), revisado en el 2004 por Internatio-
nal Accounting Standard Board (IASB),
mediante la NIC 38, según (Cañibaño y
Gisbert, 2005) expresa que el activo intan-
gible es un activo identicable, de carác-
ter no monetario y sin apariencia física. Es
decir, los activos intangibles, de acuerdo
a Blair y Wallman (2001), citado por Simo
y Sallan, (2008) son aquellos factores de
producción no físicos que se espera ob-
tener benecios futuros y pueden o no
ser enajenados de forma separada a otros
activos corporativos (Cañibano y Sánchez,
2004), citado por Ramírez y Gómez, 2013).
Retomando su naturaleza de no tener
apariencia física, los activos intangibles
son considerados por Edvinsson y Richt-
ner (1999), citado por (Veiga, 2008) como
activos ocultos. Estos activos ocultos, se-
gún Funes (2010) están siendo analizados
por diversos estudiosos de la materia que
se reere a los activos de competencia in-
dividual; a los activos de estructura interna
y a los activos de estructura externa. Por
último, Lev (2005), citado por Veiga (2008)
advierte que existen activos nancieros,
como las acciones u obligaciones que no
tienen sustancia física, pero no son activos
intangibles.
Acerca de la evaluación económica,
hay quienes señalan que en la nueva eco-
nomía son aquellos activos que tienen un
impacto importante en la creación de va-
lor (Ramírez y Gómez, 2013). Por otro lado,
Torres (2012) menciona que los bienes
y recursos rivales en una economía son
característicos de los activos tangibles,
cuando usos alternativos, compiten por
el servicio de dichos activos; mientras que
los activos intangibles se caracterizan por
la no rivalidad y pueden usarse simultá-
neamente. Sin embargo, según Kapelko
(2009), aunque existe falta de madurez
sobre el término uniforme que acuñara
los activos intangibles, estos son teóri-
camente interesantes, pues adolecen de
ser extremadamente difícil de identicar y
medir. Es así que la idea de intangibilidad
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en el ámbito del sistema económico y la
innovación, se expresa a través del valor
de mercado y al valor libros netos de la
mismas, a dicha diferencia se le conoce
como goodwill apareciendo diversos ac-
tivos intangibles (Salinas, 2007, citado por
Álvarez, 2010).
Otro aspecto es no poder otorgar va-
lor contable. Se sabe que la contabilidad,
como rama de la economía, proporciona
a la empresa estados nancieros. Es un
instrumento que reeja la situación his-
tórica de la empresa, sin embargo según
Baruch Lev, citado por Torres (2012), lo
más grave, es lo que no contienen y no
reejan los estados nancieros como ac-
tivos intangibles, lo que ocasiona una
carencia de poder medir y valuar la situa-
ción real de la empresa. Ante esto, Way-
ne (2001) citado por Cañibano y Sánchez,
(2004) compara los marcos y principios
contables establecidos por el FASB y el
IASC, pues señalan que la mayoría de
los intangibles no se pueden reconocer
dentro de los estados nancieros porque
no cumplen con la denición contable
de activo. Teniendo en cuenta esta par-
tida, según Cañibano, García y Sánchez
(2000), citado por Barrios, Correa, Acosta
y Gonzales (2003), las principales críticas
recae sobre los estados nancieros pues
presentan escasa o nula atención a esta
clase de bienes intangibles. García, Simó,
Mundet, y Guzmán (2004), mencionan
que estos bienes pertenecientes a una
organización, no pueden estar reejados
en los estados contables tradicionales. En
la actualidad, el mercado puede percibir
que generan valor o tienen potencial de
generarlo en el futuro. Por último, cabe
mencionar que, según Torres (2010), los
términos “intangibles y capital intelec-
tual” se están utilizando como sinónimos
con más frecuencia, aludiendo a la misma
denición del mundo no tangible. García,
García y Rodríguez (2014) señalan como
una combinación de recursos inmateriales
pertenecientes a una organización, que
según Álvarez (2010), el capital intelectual
es un tipo de intangibles no identicables
asociado al conocimiento de la organiza-
ción sin validez o tratamiento contable.
Por otro lado, los activos intangibles
de acuerdo a su clasicación, según Kauf-
man y Schnelder (2004), citado por Núñez
y Rodríguez (2015) utilizan términos como
activos intangibles, capital intangible, re-
cursos intangibles, capital intelectual y
propiedad intelectual, entendiendo que
se está en presencia de bienes no tan-
gibles. Sin embargo, Hollander (2005)
asevera que hay que tener en cuenta la
presencia no tangible en la literatura con-
table, denominado activo intangible; en
la literatura económica, activos de cono-
cimiento; en la literatura administrativa,
capital intelectual; pero todos ellos en
esencia se reeren a la misma cosa: carac-
terísticas no físicas, que generan bene-
cios económicos futuros para la empresa.
Origen del activo intangible
Los primeros indicios del concepto
asociado a la intagibilidad en la empresa
surge durante los periodos de la segunda
revolución industrial (1870-1914), poste-
riormente con más fuerza en diferentes
trabajos propuestos en el periodo de la
tercera revolución industrial (1945-2000)
con el desarrollo tecnológico.
En la segunda revolución industrial,
según Gonzales y Aznar (2013), la prime-
ra noción de intangible se da en el año
1880 con el signicado de “no poder ser
comprendido”; sin embargo, las designa-
ciones atribuidas en la empresa es a tra-
vés de Lawrence R. Dicksse, en 1896 (Wu,
2005, citado por Simó y Sallán, 2008). Más
adelante, según Álvarez (2010), a partir
del año 1912, Schumpeter sentencia en su
teoría de la evolución económica, la idea
de intangibilidad en el ámbito del sistema
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económico y la innovación como elemen-
tos principales para el desarrollo y como
base de la empresa. Sin embargo, la de-
signación de cualquier cosa intangible
claramente fue hasta el año 1914 (López,
2012).
En la tercera revolución industrial em-
pezó a gestarse una nueva división global
del trabajo, la transición de la era indus-
trial a la era del conocimiento. Sabido es
que en este período se diseñaron pro-
cesos, equipos y herramientas que au-
mentaría la productividad (Torres, 2012).
Pasados los años 1960, entre otros com-
ponentes también asociados a los acti-
vos intangibles, empieza a extenderse la
noción de que las personas son un activo
importante en las organizaciones (Becker,
Hermanson, y Schultz, citado por Burgos,
2013). Así mismo, el término capital inte-
lectual se introdujo por J.K Galbraith en
1969, perlándose como el conjunto de
activos intangibles de la empresa de natu-
raleza social, relacional y estructural (Bon-
tis, 1999, citado por García, Simó y Sallán,
2006). Más tarde, a principios de los años
ochenta, una noción general sobre el va-
lor del intangible dio inicio a la era de la
información, que se extiende y se esta-
blece la diferencia entre el valor contable
y valor de mercado, como arma Dumay
(2012), citado por Castilla y Ruiz, 2014. Se-
gún Torres (2010), fueron los inversionis-
tas y aquellos estudiosos del mercado de
capitales quienes indicaron dicha diferen-
cia tras percatarse de la importancia de
los intangibles. A nes de la década del
ochenta surge los primeros intentos pro-
fesionales de construir informes que mida
el capital intelectual (Castilla y Ruiz, 2014).
Posteriormente en los años noventa, coin-
cidiendo con el auge de la economía del
conocimiento, los consultores en gestión
empresarial prestan su atención a los in-
tangibles, creándose en este periodo no
menos de treinta metodologías de eva-
luación y medición del capital intelectual
y/o intangibles (Andriessen, 2004, citado
por Simó y Sallán, 2008)
Capital humano
El capital humano es la habilidad, co-
nocimiento, capacidad, etc., del individuo
evaluado económicamente, y gestiona-
dos por la organización. Estos componen-
tes son los que traen la noción acertada
de la materia de estudio.
Correa y Montoya (2013), al hablar de
la evaluación económica, el capital huma-
no genera desembolsos si estos se ma-
terializan en el momento que ocurre y se
categoriza como gasto; mientras que si
los benecios son percibidos a futuro, se
considera una inversión. Es decir, según
Larios (2009), el capital humano posee el
valor económico potencial de la capaci-
dad de una persona adquirida mediante
experiencia o conocimiento, pues permi-
te generar valor a la empresa, y que, se-
gún Soret y Montes (2010), no puede ser
comprado, simplemente alquilado por
periodos de tiempo.
Por otro lado, Ramírez (2007) indica
que el capital humano es el factor más
importante del capital intelectual por
ser fuente de innovación y renovación
estratégica de la empresa, pues hace
referencia a lo que poseen las personas:
conocimiento, experiencia, motivación,
habilidad de razonamiento, lealtad, etc.,
pues según Garcia, Simo, Mundet y Guz-
mán (2004) permiten la generación de los
otros dos tipos de capital intelectual. Por
ello para una correcta mejora en la em-
presa, de acuerdo con Jardon y Martos
(2008), el capital humano debe estar rela-
cionado con las actitudes, aptitudes y ca-
pacidades de los empleados y, más direc-
tamente, relacionadas con la formación.
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Capital estructural
A través de la organización y tecnolo-
gía, es como se atribuye la denición del
capital estructural, pues son estos dos
motores que ayudan a efectuar los pro-
cedimientos internos, que es la infraes-
tructura que capacita y sostiene al capital
humano.
Según García et al (2004), el capital es-
tructural es el conocimiento que la orga-
nización consigue explicitar, sistematizar
e interiorizar y que en un principio puede
estar latente en las personas y equipos de
la empresa. Así mismo, el capital estructu-
ral u organizativo viene representado por
los mecanismos de vinculación y movili-
zación de distintos factores productivos,
estos determinan la eciencia, la propia
capacidad de innovación de la empresa y
que se encuentran distribuidos en las ruti-
nas organizativas de la empresa (Ramírez,
2007). Cabe destacar, que según Toledo
(2012); Arango y Pérez (2008); Carrillo, Fer-
nández y Díaz (2012), el capital estructural
se compone por los siguientes aspectos:
Cultura organizacional: Conjunto de
hábitos, normas, valores que practican los
integrantes de la empresa.
Filosofía del negocio: Se reere a los
principios fundamentales que subyacen
en las estructuras de formación y de acti-
vidad de la empresa.
Procesos de reexión estratégica:
Ejercicio que realiza la empresa que busca
establecer una clara visión de crecimiento
y desarrollo en coherencia con su misión.
Propiedad intelectual: Medidas ne-
cesarias para la protección, gestión y
observancia de los activos de propiedad
intelectual de la empresa, con el n de
obtener los mejores resultados comercia-
les posibles gracias a su titularidad.
Procesos de captación de conoci-
miento: Mecanismos que utiliza la empre-
sa para incrementar el conocimiento de
sus empleados.
Mecanismos de transmisión y comu-
nicación: Distribución de informes escri-
tos, compartición de las mejores prácticas
entre departamentos, creación de grupos
interdisciplinares, etc.
Respecto a la tecnología, el capital
estructural inuye en la capacidad innova-
dora de la empresa, que son considera-
dos como factores de innovación y cono-
cimiento tecnológico (Viedma, 2002; Díaz
y De Saa, 2006, citados por Santos, Figue-
roa y Fernández, 2011). Por ello, Ramírez
(2007) menciona que el capital tecnológi-
co se define como la habilidad estructural
de la empresa para crear futuras innova-
ciones y generar riqueza, por lo tanto va
más allá de la tangibilidad de los sopor-
tes físicos o de los complejos sistemas
de tratamiento de la información, sino el
modo en que las actividades básicas de
operaciones son desarrolladas. Finalmen-
te, Toledo (2012); Arango y Pérez (2008);
Carrillo, Fernández y Díaz (2012) aluden a
los componentes existentes en la clasi-
cación tecnológica:
Tecnología del proceso: Tecnología
utilizada en las diferentes etapas antes
de que el producto nal llegue al consu-
midor. Se debe considerar años de uso,
mantenciones, adaptación a los cambios,
etc.
Procesos de apoyo: Procesos que se
deben realizar en forma paralela al proce-
so principal, como la mantención de ma-
quinarias y cambio de equipos.
Procesos de captación de conoci-
miento: Mecanismos que utiliza la empre-
sa para incrementar el conocimiento de
sus empleados.
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Tecnología de la información: Dis-
ponibilidad y ecacia de los sistemas de
captación de información relevante y ac-
tualizada sobre nuevas necesidades de
los clientes, cambios en el entorno com-
petitivo que pueden generar nuevos mer-
cados/clientes, etc.
Proceso de innovación: Grado de
sistematización de la innovación y la crea-
tividad, como la denición de estrategias
de I+D.
Capital relacional
La noción de capital relacional se re-
ere al valor que tiene para una empresa,
el conjunto de relación que se mantiene
con el exterior, deniendo las relaciones
interorganizativas, como los proveedores,
clientes y competidores.
La relación interorganizativa, según
Segui y Server (2010) se dene como el
valor de los conocimientos que se incor-
poran a las personas y a la organización
derivados de las relaciones que se man-
tienen con el mercado y con la sociedad
en general. Es decir, según Scarbino,
Biancardi y Blando (2007) son aquellos
recursos intangibles relacionados con el
entorno de la empresa en tres niveles: sus
clientes, proveedores y competidores.
En la relación con los clientes, Briones y
Cegarra (2007) menciona que es la más
importante por su vínculo directo con los
resultados nancieros, pues los provee-
dores permiten a la organización obtener
una visión más clara hacia dónde quiere
dirigir sus esfuerzos; gestionando estos
dos niveles adecuadamente, producien-
do una empresa de buenas relaciones con
sus competidores, siendo estas relaciones
una fuente esencial de conocimiento para
lograr una economía de escala.
Modelos teóricos
Teoría de recursos y capacidades
Esta teoría asume que cada empre-
sa constituye su estrategia de gestión a
partir de los recursos que se utilizan en la
transformación de capacidades.
Barney (1991), citado por Ochoa, Be-
goña y Santidrian (2012) explica la impor-
tancia de los recursos intangibles, como
fuente de ventaja competitiva mediante
la ejecución de un modelo estratégico,
que cada compañía necesita como sopor-
te fundamental a los trabajadores (Pulido,
2010). Además por recurso, según Aranda
y García (1998) se entiende como el con-
junto de factores disponibles que posee
o contrata la empresa. Por ello, según
Suárez y Ibarra (2002) para examinar cómo
la empresa puede crear ventaja competi-
tiva se debe observar cómo los recursos
trabajan en conjunto para crear capacida-
des.
Por otro lado, las capacidades según
Aranda y García (1998) se entienden como
el aspecto dinámico que enlaza por una
parte los recursos, la organización y, por
otra parte, el proceder y comportarse
habitualmente. Armando (2011) las deno-
mina competencias esenciales, pues son
fundamentales para el logro de los resul-
tados y la efectividad de las estrategias;
y surgen del aprendizaje colectivo de la
organización, así como de la coordina-
ción de diversas técnicas de producción
(Suárez y Ibarra, 2002). Finalmente, según
Fong (2011), una buena gestión estratégi-
ca que lleva al éxito empresarial, se ma-
nifesta en la consecución de benecios
extraordinarios a largo plazo.
Teorías basadas en el conocimiento
El modelo de generación de conoci-
miento se desarrolla mediante dos espi-
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rales de contenido epistemológico y on-
tológico.
Lara (2005) asume la generación del
conocimiento como un proceso de in-
teracción entre el conocimiento tácito y
explicito que tiene naturaleza dinámica
y continua. Por otro lado, Moreno y Var-
gas (2004) dice que el conocimiento es la
combinación de información, contexto y
experiencia atribuida a la habilidad per-
sonal (sólo las personas son capaces de
crearlo) que cuando es compartida puede
transformarse en un activo de la organi-
zación
Según Fariñas (2011), el espiral onto-
lógico se encuentra íntimamente relacio-
nado con el epistemológico, ya que el in-
dividuo nunca está solo en la creación de
conocimiento; la parte central de la teoría
se reere a la creación de conocimiento
de la organización, es decir, la existencia
de un conocimiento colectivo presente en
la tecnología, productos, cultura, actuali-
zado a la organización en términos de su
diseño, capacidad para procesar la infor-
mación con el entorno (Medina, 1998).
Modelos de medición
Según Hollander (2005), en la actuali-
dad existen varios modelos de medición
que valoran a los activos intangibles,
entre ellos se tiene: Navigator de Skan-
dia, Modelo Intelectual Assets Monitor,
(Sveiby, 1998), Balanced Business Sco-
recard (Kaplan y Norton, 1996), Modelo
Intelect Euroforum (1998), Capital Inte-
lectual (Drogonetti y Roos, 1998), Mode-
lo Andersen (Andersen, 1999), Modelo
de Gestión del Conocimiento de KPMG
Consulting (Tejedor y Aguirre, 1998). El
Método DIC, Método MC, Método ROA
(Luthy y Williams, 1998-2000) y el Método
FIMIAM, (Leliaert y Rodov, 2002), entre
otros.
Método navegador Skandia
Modelo que controla los intangibles
mediante una valoración no nanciera;
es decir, se realiza mediante la gestión
interna de la empresa, cuyo interés son
los atributos y propiedades invisibles de
la empresa como fuentes generadoras de
ventaja competitiva. Además, se compo-
ne por cinco áreas de enfoque: enfoque
nanciero, enfoque cliente, enfoque pro-
ceso, enfoque humano y enfoque de re-
novación y desarrollo.
Según Torres (2010), la valoración no
nanciera consiste en métodos que mi-
den el desempeño, sus cambios y, luego
de analizarlos, diseñan medidas para me-
jorar la gerencia de la empresa a tiempo.
De acuerdo con Chaminade (2001) citado
por García, Arregui, Rodríguez y Vallejos
(2010), el uso interno de la información se
interesa en la valorización de los intangi-
bles que pueden gestionar. Es por ello,
según García et al. (2012) que los intan-
gibles, especialmente los que están fun-
dados en el conocimiento, son los que
garantizan el éxito de la organización del
siglo XXI. A su vez, García, Simó, Mundet
y Guzmán (2004) destacan que las habili-
dades, las relaciones, motivación, cultura,
competencias, etc., corresponden al capi-
tal intelectual implicados en la gestión de
los intangibles. Dicha gestión, está inte-
grada en la dirección estratégica y alinea-
da a la losofía de la gestión de la organi-
zación (Villafañe, 2005, citado por Núñez
y Rodríguez, 2015), presentándose cuatro
aspectos relevantes: 1) gestión orientada
a la estrategia de los recursos intangibles;
2) posición de un sistema de valoración
de los recursos intangibles, 3) integración
de la gestión de recursos intangibles en la
cadena de valor 4) implementación de es-
trategias de comunicación de los recursos
intangibles.
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Según Saavedra y Saavedra (2012), el
modelo navegador Skandia proviene de
la compañía sueca de seguros y servicios
nancieros Skandia, que desarrolló un
instrumento capaz de medir de manera
práctica los indicadores nancieros y no
nancieros del capital intelectual, y así vi-
sualizar de manera rápida el ayer, el hoy y
el futuro de las organización. Según Ed-
vison (1998), citado por González (2009),
en el año 1994, surge el anexo del infor-
me anual de la compañía que pretendió
mostrar el aporte del capital intelectual,
pues su objetivo principal era ser una
herramienta en el proceso directivo de
la toma de decisiones. Este modelo fue
desarrollado por Leif Edvison que con-
siste en gestionar el capital intelectual y
hacerlos visibles (Hollander, 2005). Estu-
diosos sobre la aplicación de este modelo
como Morales y Polvo (2003); Mejía y Pé-
rez (2013); Gonzales (2009); Álvarez (2011),
entre otros, concuerda que este modelo
se compone por cinco áreas de enfoque:
(1) nanciero, (2) clientela, (3) proceso, (4)
humano, (5) renovación y desarrollo.
Enfoque nanciero: la capitalización
nanciera se enfoca en investigar, medir y
traducir la información en bruto, estable-
ciendo las notas de pie de página y otros
documentos subjetivos de los tradiciona-
les informes nancieros que reejan, sim-
plemente, la incapacidad de dichos docu-
mentos para captar, con precisión, toda la
información vital para evaluar una compa-
ñía (Leift Edvinsson, citado por Morales y
Polvo, 2003)
Enfoque clientela: Según Nevado
y López (2002) citado por Molina (2009),
este enfoque desarrolla aquellas medi-
das que capten mejor la nueva realidad
de relaciones empresa-cliente ecientes
y sensatas. Así mismo, Morales y Polvo
(2003) mencionan que para ello es nece-
sario considerar los siguientes aspectos:
(1) tipo de cliente, (2) duración del cliente,
(3) papel del cliente, (4) apoyo al cliente,
(5) éxito con el cliente.
Enfoque proceso: Según Saavedra y
Saavedra (2012) evalúa todos los medios
necesarios para lograr su producto nal.
Por ello el mantenimiento de la tecno-
logía actualizada produce desembolsos
necesarios, como elemento fuerte para la
medición del valor tecnológico y el capital
intelectual (Morales y Polvo, 2003).
Enfoque humano: Es la parte más
difícil del modelo de capital intelectual y
la más importante, por ser considerado
como el corazón de la entidad (Morales y
Polvo, 2003). La organización cuenta con
un valor agregado y lo hace diferente a la
competencia (Mejía y Pérez 2013)
Enfoque de renovación y desarrollo:
Visualiza el futuro inmediato basándose
en el presente para que estas fallas no su-
ceda en el futuro, debido a que las organi-
zaciones deben evolucionar para no que-
darse fuera del mercado (Morales y Polvo,
2003). Se evalúa el índice de empleados
satisfechos, gastos para formación/gasto
administrativo porcentaje, edad media de
las patentes (Gonzales, 2009).
Método de medición nanciera de los
activos intangibles (FiMIAM)
Es un modelo de valoración nanciera
elaborado mediante seis pasos que esti-
man el valor monetario de cada compo-
nente del capital intelectual y que se in-
cluyen al balance a través de la asignación
de valores a coeciente.
Según Torres (2010), la valoración -
nanciera apunta hacia la mejora de los
reportes externos debido a la existencia
de las limitaciones que presentan los es-
tados nancieros, y también por la pre-
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sión de los inversionistas que cada año
exigen información más completa y ac-
tualizada. Según García et al., (2010), las
empresas que consideran más importante
la valoración nanciera de sus intangibles,
para facilitar la información a los agentes
externos, es porque se encuentran pre-
sionadas por ellos ya que disponen de
niveles de endeudamiento superiores. Sin
embargo, Hollan y Johanson (2002), cita-
do por Cañibano y Sánchez (2004) men-
cionan que analistas tienden a interesarse
por los actores de mercado de capitales,
preocupándose por el ouput (externo) de
las inversiones intangibles que por las in-
versiones en sí. Es así como la valoración
nanciera de los intangibles, ayuda a re-
conocer los intangibles críticos y permi-
ten acelerar los procesos de aprendizaje,
identicar las mejores prácticas y difundir-
las por la empresa y, por ende, incremen-
tar a la innovación y las actividades de co-
laboración (Kannan y Aulbur, 2004, citado
por García et al. 2010). Estudiosos de este
método se encuentran Álvarez (2010); Sar-
miento (2011); Toledo (2012).
Ordaz y Steger (2005), concuerdan con
el proceso que conduce FiMIAM (Méto-
do nanciero de evaluación de los activos
intangibles), diseñado por Irena Rodov
y Philippe Leliaert en el año 2002, que
contempla seis pasos: 1) se obtiene el
capital intelectual total realizado como la
diferencia entre el valor de mercado y el
valor en libros (MBV); 2) se identican los
componentes más destacados del capital
intelectual estructurado en capital huma-
no, capital relacional y capital estructural;
3) se asignan valores relativos a cada com-
ponente, en base a la experiencia y al co-
nocimiento; 4) se justican los coecien-
tes; 5) se asignan valores (se multiplica el
valor promedio de cada componente por
el capital intelectual total realizado obte-
nido en el paso 1, obteniéndose el valor
del capital intangible; 6) se incluye el valor
de mercado en los estados nancieros de
la empresa y se suman todos los valores
obtenidos de los componentes del paso 5
y se añade al valor del paso 1, obteniendo
así el valor de mercado.
Conclusiones
El capital intelectual, como el conoci-
miento de la organización, es considera-
do activo intangible pero sin realización
contable, por lo tanto no reejado en los
estados contables tradicionales, pero ge-
nera valor que se traduce en resultados
de indicadores nancieros que impactan
en el mercado.
El capital intelectual está ligado a la
noción de activos intangibles no sucepti-
ble de otorgársele un valor contable, pero
que puede ser evaluado económicamen-
te. Actualmente las acciones, estrategias,
actividades fruto del aprendizaje son in-
tangibles, pero de naturaleza física.
Durante la segunda revolución indus-
trial, su naturaleza estuvo asociada a la in-
tangibilidad, en cuya etapa se experimen-
tó un desplazamiento conceptual inicial
en relación a la innovación. En la tercera
revolución industrial, se consideró por pri-
mera vez a la presona o trabajador como
un activo.
El capital humano es habilidad, cono-
cimiento, capacidad del individuo, evalua-
do económicamente, y suceptible de ser
gestionado por la organización. El capital
estructural es el conocimiento explícito y
sistemático interiorizado que subyace en
las personas y equipos de la empresa.
El capital relacional es el valor de los
conocimientos que se incorporan a las
personas y a la organización a partir de las
relaciones que se mantienen con el mer-
cado y con la sociedad en general.
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Los modelos teóricos explican que
cada empresa construirá su estrategia
de gestión a partir de los recursos que se
utilizan para su transformación, basado
en generación de conocimiento bajo una
perspectiva epistemológica y ontológica.
Entre otros, el modelo Navegador
Skandia controla los intangibles mediante
una valoración no nanciera, cuyo interés
son los atributos y propiedades invisibles
que genera ventaja competitiva. El mode-
lo FiMIAM establece la valoración nan-
ciera para estimar el valor monetario del
capital intelectual, incluyéndolo en el ba-
lance a través de la asignación de valores
a coeciente.
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